Redes Comunitarias para la soberanía digital de la nación Siekopaai

Redes Comunitarias para la soberanía digital de la nación Siekopaai

El proyecto Sianëtsio sikowa’i “Amazonía Siempre Conectada”, llevado a cabo conjuntamente por el Laboratorio Popular de Medios Libres (LPML) y CEFO Indígena con financiamiento de la Internet Society Foundation (ISOC Foundation), representa uno de los esfuerzos más significativos de los últimos años hacia la construcción de redes comunitarias autónomas en la Amazonía. Su resultado más visible fue la instalación de seis redes comunitarias de internet en la Nación Siekopaai, ubicada en la cuenca del Putumayo. Sin embargo, el verdadero valor de esta experiencia reside en los procesos que la moldearon: la selección de soluciones técnicas adaptadas al contexto, la definición de un modelo económico sostenible y la implementación de una metodología pedagógica que reconoce y fortalece el conocimiento local.

El punto de partida fue el reconocimiento de que el acceso a internet en territorios amazónicos enfrenta obstáculos estructurales. La geografía dispersa, la dependencia de sistemas solares para el suministro eléctrico, la falta de infraestructura estatal y los altos costos de la conectividad satelital hacen que la región esté históricamente marginada. En este escenario, el proyecto no buscó “llevar internet” como si fuera un paquete externo, sino construir soberanía tecnológica a partir de la experiencia acumulada en otros procesos comunitarios en América Latina, enraizada en las necesidades y decisiones de los propios pueblos amazónicos.

El LPML abordó esta iniciativa con más de una década de trabajo en territorios rurales e indígenas. Procesos como los de Xochiteopan en Puebla y Tututepec en Oaxaca (México) habían demostrado que era posible diseñar e implementar redes comunitarias sostenibles cuando se combinaban tres dimensiones: una arquitectura técnica robusta, un modelo económico comunitario y una pedagogía que formaba técnicos locales. Con estas premisas, Sianëtsio sikowa’i “Amazonía Siempre Conectada” fue concebido como un proyecto integral más que como una simple intervención técnica.

El primer componente fue la selección técnica. Lejos de adoptar soluciones estandarizadas, el equipo se apoyó en una sistematización de experiencias previas para elegir equipos y configuraciones capaces de operar en condiciones amazónicas, caracterizadas por humedad extrema, lluvias constantes y altas temperaturas. El proceso también incluyó criterios como bajo consumo energético, compatibilidad con sistemas solares, facilidad de operación tras entrenamientos breves y disponibilidad de repuestos en los mercados regionales de Ecuador, Colombia y Perú. La topología de la red se diseñó en función de la geografía del territorio Siekopaai, con comunidades separadas por ríos y zonas de selva densa. Inicialmente se propusieron configuraciones con múltiples sectores de antenas en cada nodo, pero durante la instalación se ajustó el diseño para reducir redundancias y optimizar el consumo energético. Este principio de adaptación situada, en el cual el plan técnico se ajusta al contexto real en lugar de imponer un modelo rígido, es una de las lecciones centrales de la experiencia. La tecnología no dicta a la comunidad; es la comunidad, en diálogo con el conocimiento técnico, la que define cómo debe organizarse la red.

El segundo componente fue la construcción de un modelo económico comunitario. Desde 2023, el LPML ha trabajado junto con el Laboratorio de Innovación Económica y Social (LAINES) de la Universidad Iberoamericana de Puebla para desarrollar un marco económico cooperativo que había mostrado su eficacia en Xochiteopan. La lógica es simple pero poderosa: una red solo puede sostenerse si quienes la usan son también quienes la gobiernan y financian. En lugar de depender de subsidios o donaciones externas, el modelo propone sistemas de aportaciones comunitarias que cubren costos de operación y mantenimiento, talleres participativos en contabilidad básica que permiten a todos entender ingresos y egresos, y la reinversión de excedentes—cuando existen—en el fortalecimiento de la red o en proyectos comunitarios relacionados. En territorios amazónicos, la baja densidad poblacional no permite grandes excedentes económicos, pero el análisis realizado mostró que sí es posible lograr un equilibrio que reduzca significativamente los costos individuales de acceso a internet, transformándolos en un gasto colectivo gestionado con transparencia. El valor de este modelo no radica en la rentabilidad, sino en su capacidad de sostener la autonomía económica y reforzar la cohesión social alrededor de un bien común.

El tercer componente fue el proceso pedagógico. El LPML diseñó un itinerario de formación que reconocía distintos niveles de experiencia entre los participantes. Se estableció la categoría de técnicos junior, responsables de la operación básica de nodos locales y del mantenimiento inicial, así como la de técnicos avanzados, encargados de la expansión de la red, la configuración de enlaces de largo alcance y la capacitación de nuevos integrantes. Esta diferenciación no respondía a una lógica jerárquica sino a la necesidad de reconocer diversas trayectorias de aprendizaje y crear rutas progresivas de fortalecimiento de capacidades. La metodología adoptada se inspiró en la educación popular freireana, estructurada en el ciclo reflexiónacciónreflexión. En la primera etapa se promovieron espacios de diálogo horizontal donde los participantes compartían sus experiencias y desafíos. A partir de allí se realizaron prácticas reales de instalación, configuración de equipos, producción de contenidos y ejercicios de sostenibilidad económica. Finalmente, se abrió un espacio de reflexión crítica colectiva en el que se evaluaron resultados, se discutieron errores y se propusieron mejoras. El resultado fue una pedagogía participativa y emancipadora, donde el conocimiento no se transmitió de manera unidireccional sino que se generó colectivamente, enraizado en la experiencia territorial.

El proceso pedagógico no se limitó a la formación presencial. Un componente clave fue la creación de un espacio digital de intercambio técnico mediante un chat colaborativo, complementado con sesiones de apoyo en línea. En estos espacios, administradores junior y avanzados podían plantear preguntas, compartir configuraciones, enviar capturas de pantalla de errores y recibir retroalimentación inmediata de pares y facilitadores. Esta dinámica generó un acompañamiento continuo que trascendió la duración de los talleres presenciales, creando una comunidad de práctica que persistió más allá del calendario formativo. Este tipo de proceso pedagógico, que incluye metodologías desarrolladas por el LPML en colaboración con actores internacionales como WITNESS desde 2018, se nutre no solo de la pedagogía freireana, sino también de la experiencia acumulada del Laboratorio en escuelas de formación técnica y narrativa como CORAL y Escuela Común.

Los impactos de Sianëtsio sikowa’i “Amazonía Siempre Conectada” se expresan en múltiples dimensiones. Socialmente, la conectividad fortaleció la autonomía de la Nación Siekopaai al mejorar la comunicación interna, ampliar el acceso a información educativa y de salud, y consolidar la organización territorial. Económicamente, el modelo comunitario redujo costos y estableció un esquema de autogestión sostenible. Pedagógicamente, la formación de técnicos locales aseguró la continuidad del sistema y abrió la posibilidad de futuras expansiones. Políticamente, el proyecto se erige como un ejemplo concreto de soberanía digital, donde la infraestructura tecnológica no es un servicio externo sino una herramienta para la defensa del territorio y la cultura. El internet comunitario no debe entenderse como un servicio más, sino como un proceso de autonomía y organización que transforma la vida comunitaria y refuerza la capacidad de los pueblos para decidir su propio futuro.

Amazonía Siempre Conectada confirma que el futuro digital de los pueblos no puede construirse desde afuera, sino desde adentro, reconociendo la riqueza de sus culturas y la fuerza de su organización. Hoy, la Nación Siekopaai cuenta con herramientas de comunicación que no solo enlazan computadoras y teléfonos, sino que también conectan luchas, memorias y sueños colectivos. En la selva, entre ríos y árboles milenarios, ahora también se tejen redes invisibles que sostienen la vida y la autonomía.

Laboratorio Popular de Medios Libres
Septiembre 2025

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